Descripción
Ilustrado con un retrato de Ricardo Tudela realizado al carbón por Ramón Subirats
EL INQUILINO DE LA SOLEDAD constituye una de las obras más significativas de la vanguardia poética de la provincia de Mendoza y de todo el interior argentino.
El libro despliega su escritura en prosa poética mediante secciones que interrogan el destino, la esperanza y la figura del hombre moderno, a la vez que establece un programa estético desde la sección inicial titulada “Ubicación de un destino”, en diálogo con la obra poética de Alberto Hidalgo “Descripción del Cielo”.
Esta obra apareció cuando la poesía rioplatense se debatía entre el modernismo tardío y las rupturas ultraístas, creacionistas, simplistas y surrealistas.
En ese marco, EL INQUILINO DE LA SOLEDAD se afirma como una manifestación clara y madura de las primeras vanguardias.
La apertura a procedimientos irracionales y la reflexión constante sobre la emoción estética se organizan como un sistema poético consciente y determinante.
La publicación en la editorial de Manuel Gleizer permitió que el libro circulara en un espacio crítico más amplio y le otorgó visibilidad nacional.
El impacto de EL INQUILINO DE LA SOLEDAD radica en haber convertido la prosa poética en un dispositivo teórico y creativo al mismo tiempo.
De este modo fijó un modelo literario que desestabilizó la centralidad porteña y obligó a reconocer la pluralidad de núcleos vanguardistas en Argentina.
Su importancia histórica reside en haber demostrado que la modernidad estética latinoamericana no se configuró únicamente en los principales centros urbanos de nuestro continente.