(Buenos Aires, 1881 – 1967) Escritor argentino que transformó la estética de su país, mediante una producción literaria que incluyó las principales tendencias vanguardistas. Fue una figura destacada de la renovación literaria de las décadas de 1920 y 1930, junto con Jorge Luis Borges y Raúl González Tuñón, dentro del grupo de poetas vanguardistas de Argentina. Aunque compartían una postura común sobre la necesidad de romper con la tradición, encarnada según ellos en la obra de Leopoldo Lugones, Girondo se distanció claramente de las convenciones impuestas por el uso y aceptadas por el público.

Oliverio Girondo nació y pasó su primera infancia en Buenos Aires, pero viajó con frecuencia a Europa. A pesar de haberse graduado como abogado, sus inquietudes artísticas y literarias lo alejaron de esa profesión. En 1911 fundó, junto con un grupo de amigos, el periódico Comoedia, que tuvo una vida breve. En Europa, entró en contacto con las tendencias artísticas y literarias de vanguardia, como el cubismo de Picasso, el dadaísmo de Tristan Tzara y el futurismo de Marinetti, así como con la obra innovadora de Guillaume Apollinaire. En 1926 realizó una gira por diferentes continentes llevando la representación de las revistas Martín Fierro, Proa, Valoraciones, Noticias Literarias e Inicial, para establecer lazos entre los movimientos innovadores de habla hispana. En 1943 se casó con la escritora Norah Lange.

Girondo defendió la independencia total del lenguaje (rechazando las limitaciones impuestas por las funciones convencionales), para intentar transmitir la esencia pura de la creación poética. Este gesto de desafío constante a la inercia y a la inmovilidad, quizá sea lo que mejor caracterice la personalidad del autor y su vocación por superar los límites de lo que se puede expresar.

En sus obras Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (1922), Calcomanías (1925) y Espantapájaros (1933), demostró su habilidad en el uso de la metáfora y su confianza absoluta en el poder de la imagen poética para alcanzar la esencia de las cosas, siguiendo en esto los postulados del ultraísmo. Con su especial destreza en el manejo de la ironía, Girondo reafirmó su actitud de irreverencia moral y estética, su sentido del humor y su perspectiva innovadora de los lugares comunes.

Sus poemas representan la nueva sensibilidad estética, que se caracterizaba por la búsqueda incansable de nuevos enfoques para abordar la realidad, desde lo más sublime a lo más cotidiano. Así, las ciudades y paisajes que aparecen con frecuencia en sus textos son observados a través de una lente que construye combinaciones inusuales entre los objetos, señalando lo que la mirada común no percibe y solo el ojo poético logra descubrir y nombrar.

Después, lanzó al mercado Plenilunio (1937), Convicción de los días (1942) y Nuestro espacio (1946). Su obra final, En la masmédula (1954), posiblemente se destaque como la más arriesgada de todas debido al desorden verbal y alucinante que sugiere. En 1961, sufrió un accidente de tránsito que lo dejó incapacitado.

Entre sus principales obras se encuentran:

Veinte poemas para ser leídos en el tranvía, 1922
Calcomanías, 1925
Espantapájaros, 1932
Interllunio, 1937
Nuestra actitud ante el desastre, 1940
Persuasión de los días, 1942
Campo nuestro, 1946
En la masmédula, 1953