Descripción
Arte de Tapa de Alejandro Sirio
Ejemplar especialmente dedicado por el autor al poeta uruguayo Fernán Silva Valdés:
«Amigo Fernán Silva Valdés,
en la página 69 tiene el poeta mi homenaje.
Enrique Amorim»
El libro TANGARUPÁ representa un momento clave del autor en el tránsito hacia una narrativa rural de impronta crítica y social.
El título remite a una figura del imaginario guaranítico.
El TANGARUPÁ es una presencia errante y espectral, ligada al monte, la noche y los pajonales.
En la relectura de Enrique Amorim, esta figura adquiere un nuevo espesor simbólico; ya no será un simple fantasma rural, sino el emblema del sujeto social marginado, silenciado o violentado por las estructuras de poder que regían en el campo uruguayo a comienzos del siglo pasado.
Los relatos que componen el libro se articulan mediante escenas mínimas, pobres rurales, soldados, prostitutas, peones de campo, construidas con una prosa seca donde la violencia no es un espectáculo sino el clima.
Enrique Amorim mantuvo una estrecha vinculación con el círculo de la editorial Claridad y fue miembro del Movimiento Boedo.
La “Colección Los Nuevos” se consolidó como uno de los hitos fundamentales de la literatura de vanguardia latinoamericana de las primeras décadas del siglo XX.
Si bien Tangarupá no inauguró la narrativa rural crítica en el Río de la Plata, sí contribuyó decisivamente a consolidar en Uruguay un nuevo modelo de cuento.
En este sentido, el título de la obra deja de aludir a un mito popular para convertirse en una figura simbólica; los pueblos rurales como presencias fantasmales que habitan los márgenes de un mundo urbano que establece su hegemonía sirviéndose de ellos.
Referencia:
Obra reproducida en el libro de Rodrigo Gutiérrez Viñuales “Libros Argentinos – Ilustración y Modernidad”.