Zía, Lisardo

ArtistaZía, Lisardo

Lisardo Zía nació en Rosario el 27 de abril de 1900 y durante su niñez se dedicó a la lectura de Cervantes y Lope de Vega. En la década de los años veinte, su familia se trasladó a Buenos Aires.

Comenzó a escribir en Campana de Palo, haciendo uso de la ironía en compañía de otro escritor rosarino, Armando Cascella.

En su carrera literaria, se unió al debate sobre Madrid como el centro intelectual de Hispanoamérica en la Revista Martín Fierro.

También presentó en el sótano de La Peña el libro de su amigo y paisano, Armando Cascella, Tierra de Papagayos.

Desde 1927, trabajó con los hermanos Irazusta, Ernesto Palacio y otros nacionalistas elitistas en la Nueva República.

Publicó sus primeros poemas en la Revista Nosotros alrededor de 1928 y escribió para publicaciones como Gaceta del Sur de Rosario, Pulso y Vida Literaria.

Más tarde, trabajó como redactor en el periódico conservador La Fronda, donde finalmente llegó a ser director de uno de sus turnos. Desde allí, se unió al movimiento conspirativo para derrocar a Yrigoyen y sus contribuciones fueron recogidas en la compilación ¡Abajo el Peludo! Antología poética de La Fronda, compilado por Santillana (Zía) y Vir (Palacio).

En 1931, se unió a la Liga Republicana y dedicó poemas al desfile cívico-militar de mayo de ese año.

Además de su trabajo en La Fronda, también formó parte del equipo de la Revista católica Criterio, donde trazó perfiles de escritores argentinos de la época como Gálvez, Larreta, Borges, entre otros.

Participó en la Revista Poesía con un retrato de Juan R. Giménez y dirigió la publicación Gaceta de Buenos Aires en 1934 junto con Pedro J. Vignale. También intervino en la encuesta sobre Borges realizada por la Revista Megáfono ese mismo año.

En el libro Azul del Departamento de Estado de los Estados Unidos es mencionado como simpatizante del nazismo por sus colaboraciones en Choque y otros periódicos nacionalistas.

Forma parte del grupo original que en agosto de 1945 lanza el diario Clarín. Zía escribe el manifiesto-poético del diario y funda una sección de Clarín en sus primeros días. Colabora en el suplemento cultural dirigido por Luis Cané.

Se une al equipo de Tribuna y desde ese medio de tendencia nacionalista se une al peronismo. Escribe el poema Al Coronel Juan Perón firmado con el pseudónimo Velero.

Compone la Milonga descamisada bajo el seudónimo El Tape Nacional.

Asiste a las reuniones convocadas por el Presidente Perón a intelectuales. Se incorpora a la ADEA desde su fundación. Escribe en la Revista Poesía de la Comisión Nacional de Cultura y en La Prensa bajo el control de la CGT.

Escribe poemas en memoria de Eva Perón que se publican en el diario La Prensa y se incluyen en la Antología poética de la Revolución Justicialista compilada por Antonio Monti en 1954.

Después del golpe de 1955 es acusado de formar parte de los «traidores» leales a la «dictadura», según un artículo de la época. Continúa escribiendo en el suplemento cultural de Clarín dirigido por Luis Cané. En 1962 publica su único libro sobre el pintor y poeta santafesino De Carolis. Ese mismo año, Soler Cañas escribe una reseña biográfica estrictamente literaria sobre él.

Entre sus pseudónimos se encuentran Santillana, Taurus, Velero y El Tape Nacional.

Gran parte de su producción (alrededor de 3500 piezas) sigue dispersa en periódicos y revistas, sin haber sido clasificada hasta la fecha.

Comienza su carrera en la revista Campana de Palo alrededor de 1925, con algunos pastiches epigramáticos sobre los poetas y poemas de la vanguardia literaria de esa época.

En febrero de 1924, sale a la luz la segunda época de la Revista Martín Fierro, dirigida por Evar Méndez y secundada por S. Glusberg, O. Girondo, P. Rojas Paz, E. Palacio, C. Nalé Roxlo, L. Franco y Córdoba Iturburu. En el cuarto número se reproduce el manifiesto de la revista.

Lisardo Zía tiene escasas participaciones en la Revista Martín Fierro. En el punto álgido de la polémica de los españoles de la Gaceta Literaria de Madrid, en relación con el asunto tratado en el número 8 de la revista, sobre «Madrid, meridiano intelectual de Hispanoamérica», Zía escribe una nota «Para Martín Fierro», en la que adopta una postura firme: “El único anhelo de América es América misma. Nosotros, los jóvenes americanos del sur, somos también fuertes. Tenemos conciencia de ser y existir, y una brújula segura que no enloquece con los imanes de Europa”. Luego retoma el tema de la España cerrada frente al universalismo y la apertura: «El paisaje de España se reduce al de España misma: un pentágono. Cinco lados que encierran cinco perspectivas. El paisaje de América es, tal vez, la suma de todos los horizontes».

Otra publicación de vanguardia de la época es la Revista PROA, segunda época, que sale a partir de agosto de 1924 bajo la dirección de Borges, Brandan Caraffa y Guiraldes.

En 1927, se le encuentra en el estrado de una famosa reunión de artistas y escritores en Buenos Aires conocida como el sótano de La Peña.

Contribuye a Vida Literaria (1928-1931) junto a Borges, Nalé Roxlo, Luis Franco, Lugones, Martínez Estrada, entre otros.

Otro ámbito en el que participa se relaciona con una «…serie de cuadros poético-religiosos, retratos de santos y mártires, en los que el escritor incursiona en el campo de la hagiografía, aunque en ningún momento se ha considerado un especialista en ella». Estas intervenciones se han descrito como «prosa poética», sugiriendo que Zía es principalmente un poeta.

Simultáneamente a sus contribuciones en Criterio, escribía para el periódico La Nación. Este trabajo duró casi diez años.

GACETA DE BUENOS AIRES: Entre el 21 de julio y el 24 de noviembre de 1934, se publica en Buenos Aires, una revista, dirigida por Pedro Juan Vignale y Lisardo Zía: Gaceta de Buenos Aires61. Se publicaron nueve números, el primer y cuarto sábado de cada mes.
La variedad de procedencias y orientaciones de los colaboradores ilustra la amplitud de relaciones de Vignale, al tiempo que muestra una inclinación de su pensamiento hacia temas nacionalistas.

En septiembre de 1935, la Cámara de Diputados trató las leyes de coordinación del transporte. Los nacionalistas de la Liga Republicana y los jóvenes de UNES se opusieron y llenaron las calles de volantes: «El monopolio del transporte, negociado de forma corrupta por la Anglo-Argentina, sería una entrega del Congreso al capitalismo extranjero», afirmaron. Con estrofas escritas por Lisardo Zía y dibujos humorísticos de Muñiz, se empapelaron las cercanías del Congreso con una parodia de la Marcha de San Lorenzo.

En el año 1942, Zía se adentra en la escritura de un ensayo sobre el universo poético de Oliverio Girondo.

Zía frecuentemente participa en el campo de la poesía política. En sus contribuciones al diario El Pampero, años después acusado por el Departamento de Estado de EE. UU. de ser una publicación pro-nazi, Zía incluyó poemas que fueron reproducidos en medios nacionalistas.

En agosto de 1945, el diario Clarín fue lanzado y Zía se unió a los periodistas en el equipo fundador. Él creó su propia sección, Clarín porteño (notas del amanecer), y fue uno de los periodistas fundadores.

En 1953, Zía todavía trabajaba en el Diario Clarín. Desde allí, rescató figuras olvidadas de la memoria y dedicó una nota a Fijman, quien había sido olvidado durante veinte años. Ese mismo año, Castellani y Chávez lo incluyeron en su antología de poesía lírica argentina, incluyendo el poema Cliente del Césped.

La restauración de las libertades públicas en la «semidemocracia» establecida en mayo de 1958 brindó más tranquilidad al poeta, quien había sido señalado en panfletos y denuncias.

Desde su perspectiva nacionalista y católica, Zía también se adentró en la poesía religiosa.

En los últimos años de su vida, Zía, como otros nacionalistas, se aisló y falleció el 16 de agosto de 1975.

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