Velarde, Héctor

ArtistaVelarde, Héctor

Héctor Ángel Velarde Bergmann nació en Lima el 14 de mayo de 1898 y fue un destacado arquitecto, poeta, docente y narrador peruano. Asimismo, se distinguió como viajero incansable y figura clave dentro del movimiento vanguardista literario en América Latina.

Su formación escolar transcurrió en el Instituto de Lima, el Colegio San Vicente de Paúl en Petrópolis, Brasil, y la École Lémania en Lausana, Suiza. Prosiguió su educación superior en la École Spéciale des Travaux Publics, obteniendo en 1919 el título de ingeniero arquitecto. Posteriormente, amplió su preparación con estudios de posgrado en arquitectura bajo la orientación de Victor Laloux, reconocido maestro del atelier de Louis-Jules André en la Escuela de Bellas Artes de París.

Entre 1920 y 1922 participó en la elaboración de planos para la reconstrucción de zonas devastadas por la Primera Guerra Mundial en el norte de Francia y colaboró con el estudio de Jacques Debat-Ponsan. En 1922 se estableció en Buenos Aires, desempeñando funciones diplomáticas como agregado civil de la delegación peruana, y en 1927 fue asignado a Washington D.C. como segundo secretario.

Ese mismo año contrajo matrimonio en París con Leonor Ortiz de Zevallos, con quien tuvo dos hijas. En 1928 regresó a Lima para reanudar su actividad profesional como arquitecto y vincularse con el ámbito académico y literario.

A partir de ese año, inició su trayectoria docente como catedrático de Historia del Arte en la Escuela de Bellas Artes del Perú. Desde 1932 expandió su labor educativa impartiendo Historia de la Arquitectura y Geometría Descriptiva en la Escuela Nacional de Ingenieros (actual Universidad Nacional de Ingeniería), en la Escuela Militar de Chorrillos y en la Pontificia Universidad Católica del Perú.

Convencido de la importancia de brindar a los estudiantes una formación sólida, Velarde publicó varios textos pedagógicos como Nociones y elementos de Arquitectura (Escuela de Oficiales del Perú, 1933), La Arquitectura en Veinte Lecciones (Buenos Aires, 1937), Arquitectura Peruana (Fondo de Cultura de México, 1943) y Geometría Descriptiva (Lima, 1949). También cultivó la escritura de cuentos, ensayos, novelas y poesía, disponibles en las principales bibliotecas del país.

Su producción literaria está atravesada por el influjo del modernismo narrativo, destacando un estilo impregnado de humor y centrado en la identidad limeña popular.

Durante los primeros años tras su retorno al Perú y hasta mediados de los años treinta, Velarde afianzó su ideario arquitectónico a través de múltiples proyectos habitacionales. Estas obras reflejan su dominio de las corrientes contemporáneas, su aprecio por la tradición local y su formación académica enfocada en la edificación, permitiéndole superar debates teóricos sin anclaje contextual.

Desarrolló residencias unifamiliares empleando tres lenguajes arquitectónicos distintos, aplicados según la ocasión: el estilo académico-clásico influido por la École des Beaux-Arts, ejemplificado en la residencia Haaker (San Isidro, 1930); un enfoque racionalista y moderno, como en un conjunto de casas en Miraflores; y un estilo inspirado en la arquitectura autóctona, precursor del neocolonialismo, visible en la casa Aubry y otras construcciones institucionales.

Entre los diseños de la década de 1930 destacan la residencia de Ernesto Lajara y la casa Gibon (1940), ambos de factura clásica. Estas edificaciones demuestran su maestría en la composición arquitectónica tradicional, con un uso preciso de órdenes, proporciones y simetría, influencias derivadas de su formación francesa. Su trabajo incluye elementos característicos como ventanales generosos, escalinatas amplias y espacios de doble altura.

En su propuesta para el concurso del Faro de Colón en Santo Domingo, exhibió una concepción formal académica reminiscentes de los arquitectos visionarios del siglo XVIII, como Boullée y Ledoux.

No obstante, también en los años treinta, desarrolló obras vinculadas a la arquitectura racionalista que marcaron un hito en el panorama arquitectónico peruano, como los baños de Miraflores (1934-1935) y, poco después, el Club de Regatas Lima en Chorrillos (1935-1940), donde las alusiones náuticas se integran como parte del lenguaje arquitectónico.

Otra obra notable de esta época es la casa Ulloa en La Punta (Callao, 1936), con rasgos del llamado “estilo buque”, influido por la arquitectura moderna francesa de los años treinta, especialmente la de Mallet-Stevens.

En esta misma línea racionalista se inscriben obras posteriores como el edificio Reiser y Curioni (1941) y el Hospital de Tuberculosos de Bravo Chico (1943-1950), ambas con un componente clásico en su composición.

En consonancia con las corrientes nacionalistas del siglo XX, Velarde desarrolló una propuesta arquitectónica neocolonial —y más adelante “neoperuana”— que valoraba las raíces locales sin desligarse de la modernidad. Esta visión se plasmó en obras como la Universidad Mayor de San Agustín en Arequipa (1936-1940), el Museo de Antropología en Pueblo Libre (1935-1940), su participación en el Monumento a Fermín Tangüis (1938) y el diseño de la nueva Basílica de Santa Rosa (1939), junto a Manuel Piqueras Cotolí. También colaboró con Paul Linder en la Nunciatura Apostólica (1940-1942), y diseñó el Hotel Mossone en Huacachina (1942), la capilla del Seminario de Santo Toribio (1948), y numerosas residencias en distritos como San Isidro y Magdalena. Muchas de estas obras y reflexiones fueron difundidas a través de El Arquitecto Peruano.

Tras el sismo de 1940 que afectó gravemente a Lima, Velarde colaboró con Rafael Marquina en el Consejo Nacional de Restauración y Conservación de Monumentos Arquitectónicos. Desde entonces, se dedicó con esmero a la preservación del patrimonio histórico de la ciudad, interviniendo en múltiples inmuebles coloniales. Entre ellos destacan el Instituto Riva-Agüero en Jirón Camaná, la iglesia de San Pedro en Jirón Azángaro y la Plaza de Acho, proyecto conjunto con Luis Ortiz de Zevallos.

Durante los años 50, restauró el Convento de las Monjas del Patrocinio, el balcón y edificio de la Plazuela de Santo Domingo, los interiores de la Escuela de Bellas Artes (junto a Manuel Ugarte Eléspuru y Carlos de Martis), el teatro Segura y el Museo Taurino.

Una obra más tardía fue la sede del Banco Continental (1953), con una fachada sobria que recuerda ritmos clásicos, aunque desprovista de elementos definidos, y que mantiene referencias a los esquemas tradicionales de columnas y entablamentos.

En los años sesenta, continuó con intervenciones emblemáticas como la restauración de la Casa Oquendo (Casa de Osambela), la iglesia y convento de las Nazarenas, la Sala Alcedo, la Casa de Pilatos y el Museo de Arte, así como la Casa Negreiros (1971).

Su producción incluyó además proyectos para instituciones educativas, entre los que destaca su participación en el campus de la Universidad de Lima en Monterrico (1966), en colaboración con otros arquitectos.

Héctor Velarde falleció en Lima en 1989, dejando una huella profunda en la arquitectura y cultura del Perú.

Entre sus principales obras se encuentran:

De París a Buenos Aires, 1922
En Passant, 1924
Kikiff, 1924
Tumbos de Lógica, 1928
Yo quiero ser filósofo, 1932
El Circo de Pitágoras, 1940
Lima en picada, 1946
El hombre que perdió el tacto: y otras cosas por el estilo, 1947
La cortina de lara, 1950
¡Oh los gringos!, 1956
El diablo y la técnica, 1958
La perra en el satélite, 1958
Lima City, 1959
Yo fui su alarife mayor, 1962
Humorismo y propulsión a chorro, 1964
El mundo del Supermarket, 1964
Antología Humorística, 1973
En Arquitectura:
Club Regatas de Chorrillos, 1935-1940
Nunciatura Apostólica de Lima, 1940-1942
Capilla del Seminario de Santo Toribio, 1948
Banco Continental, 1953
Hotel Maury (reconstrucción), 1954
Santuario y Monasterio de Las Nazarenas (restauración)

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