Rubio, Alejandro
Alejandro Rubio, nacido en 1967, fue conocido como “el querido hermano mayor de una generación de poetas”.
Realista y provocador, se erigió como una figura clave entre los autores argentinos de los años 90, destacándose por una obra que abarca casi todas las tradiciones del género. Rubio fue una presencia contundente y hábil en la literatura argentina contemporánea.
Desde su debut en 1994 con «Personajes hablándole a la pared», Rubio dejó en claro que su propuesta iba en contra de la política dominante de la época. En ese libro, publicado cuando Carlos Menem estaba a punto de ser reelecto, y luego en «Música mala» —publicado en 1997 tras ocho años de análisis del menemismo—, Rubio abordaba la situación de los marginados, los trabajadores que parecían ser los desechos de una Argentina que soñaba con el primer mundo. Con una perspectiva que deconstruía las “ficciones autocomplacientes de la sociedad para contarse a sí misma”, su realismo presentaba una opción moral frente al utilitarismo y el individualismo de la economía neoliberal.
Su trabajo siempre estuvo indisolublemente ligado a su pasión por la lectura. Textos antiguos, literatura realista, romanticismo, el Siglo de Oro español, revistas de poesía y política, ensayos sobre arte e historia: su biblioteca creció hasta convertirse en un ente incontrolable.
Su relación con la poesía también estuvo marcada por un deseo constante de debate: Rubio polemizó con sus contemporáneos, convencido de que no se puede alcanzar la honestidad crítica sin cierta ferocidad. Bajo el seudónimo Maiakovski, fue un comentarista implacable durante el auge de los blogs. Además, como autor de libros como «Música mala», «Metal pesado» y «Rosario», fue un paciente y dedicado formador de poetas de generaciones posteriores.
En 2012, la editorial Gog & Magog reunió su obra poética en el volumen «La enfermedad mental». Este libro, reorganizado más allá del orden cronológico, se presentó como una autocrítica. De esta manera, la colección permite ver cómo Rubio se interpretaba a sí mismo.
Muchos de sus poemas son densos ejercicios de estilo, donde todas sus lecturas convergen y, a través de la tensión entre esas capas de significado, surge una nueva forma. En esa dinámica de mezcla y colisión, la poesía de Rubio demuestra que el arte se debe únicamente a su propia destrucción, a una constante anulación de su autoridad, como si solo a través de la monstruosidad pudiera desmantelar todas las instituciones y mostrar su verdadera naturaleza: una acumulación de creencias y excusas.
Esta práctica estética y ética funciona más como una idea que como un programa. Por estas y otras razones que solo se aprecian a través de la lectura, la poesía de Alejandro Rubio se destacó de lo que se conoce como la Generación del 90 y se convirtió en una de las más notables del siglo XX argentino.
Falleció en febrero de 2024 en un hospital público del barrio porteño de Liniers, rodeado de familiares y amigos que lo acompañaron hasta el final.
Entre sus principales obras se encuentran:
Personajes hablándole a la pared, 1994
Novela elegíaca en cuatro tomos, 2004
Foucault, 2006
Sobrantes, 2008
Falsos pareados, 2008
Harry Samuel Horribly, 2009
La garchofa esmeralda, 2010
La enfermedad mental, 2012
Kohan, 2015
Diario, 2017
El poema no es el tema, 2017
Iron mountain, 2018
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