Descripción
Este volante de apoyo al artista argentino León Ferrari constituye un documento central en la trama de tensiones entre arte contemporáneo, censura y poder institucional en la Argentina.
Convocaba a la reapertura de la exposición clausurada en el Centro Cultural Recoleta por orden judicial, tras las denuncias de grupos religiosos que lo acusaban de ofender sus creencias.
El texto interpreta la clausura no como un episodio aislado, sino como la manifestación de un entramado donde confluyen el Estado, el clero y el capital económico concentrado en defensa de su hegemonía.
León Ferrari aparece reivindicado como un artista que denuncia los crímenes históricos de la Iglesia –de la Inquisición a su complicidad con el nazismo y la última dictadura argentina– y, en paralelo, los abusos del imperialismo contemporáneo encarnados en la figura de George W. Bush.
El volante señala también la presión económica ejercida contra el artista, desde la exigencia de una caución judicial hasta el retiro del apoyo empresarial.
Así, no solo defiende la libertad de expresión, sino que evidencia las relaciones de poder que intentan acallar a las voces críticas.
Como objeto de archivo, se inscribe en la tradición de la efímera política y cultural latinoamericana, testimonio material de la resistencia frente a la censura y pieza clave en la historia de la lucha por la autonomía del arte.