Minujín, Marta

Marta Minujín, reconocida artista argentina nacida en Buenos Aires en enero de 1943, es una de las figuras más emblemáticas del arte contemporáneo latinoamericano.
Atraída desde temprana edad por el universo de las artes plásticas, cursó sus primeros estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes. A pesar de destacarse en dibujo, pintura y escultura, su necesidad de experimentar con lenguajes disruptivos y romper con los formatos tradicionales la llevó a abandonar la academia. Fascinada por la obra de Alberto Greco, comenzó a interesarse en prácticas artísticas que desbordaran el soporte plano y provocaran una experiencia inmersiva y sensorial en el espectador.
Durante su búsqueda expresiva, descubrió una forma original cuando, al trabajar en una pintura de gran carga matérica, incorporó un trozo de colchón de su cama a la obra. Este gesto marcó el inicio de una serie de creaciones con colchones, que expuso por primera vez en la Galería Lirolay. En ese entorno, su trabajo fue rápidamente identificado por críticos influyentes como Germaine Derbecq y Jorge Romero Brest. En 1961 obtuvo una beca que le permitió trasladarse a París, donde entabló relaciones con artistas vinculados al Nouveau Réalisme y al arte informal, como Niki de Saint-Phalle, Jean Tinguely, Christo, Lourdes Castro y Robert Rauschenberg.
En 1962 dio inicio a sus estructuras habitables construidas con colchones recolectados en hospitales parisinos, y también a sus primeras acciones performáticas. Influida por las teorías de la «muerte del arte», Minujín comenzó a rechazar los circuitos institucionales, privilegiando la creación de obras efímeras. En este contexto presentó La Destrucción (1963), su primer happening, en el que reunió sus trabajos con colchones para que otros artistas los intervinieran, y luego destruyó todo el conjunto en un acto colectivo que incluyó fuego, pájaros y conejos, como símbolos de liberación y caos.
Con una propuesta estética centrada en la participación activa del público, continuó desarrollando happenings de gran impacto como Suceso Plástico (1965), realizado en el Estadio de Peñarol de Montevideo —cuyo escándalo la mantuvo alejada de Uruguay por años— y Happening, presentado ese mismo año en el programa televisivo “La Campana de Cristal”. En 1964 ganó el Premio Nacional del Instituto Torcuato Di Tella con Revuélquese y Viva, instalación con colchones multicolores que invitaba al juego y la interacción. Un año más tarde, alcanzó notoriedad con La Menesunda, elaborada en conjunto con Rubén Santantonín: una ambientación transitable de 16 sectores sensoriales que generó tanto fascinación como controversia.
Su impulso creativo la llevó a repetir la fórmula en obras como El Batacazo (1965), presentada más tarde en Estados Unidos. En 1966 obtuvo la prestigiosa beca Guggenheim y se trasladó a Nueva York, donde se vinculó con la vanguardia norteamericana e incorporó a su obra los medios masivos de comunicación, inspirada en las ideas de Marshall McLuhan. Así nacieron propuestas como Simultaneidad en Simultaneidad (1966), Circuit (1967), Minuphone (1967) y Minucode (1968), todas concebidas como ambientes tecnológicos y multisensoriales. Ese mismo año fue convocada como docente del área de nuevos medios en la New York University, junto a figuras como Robert Rauschenberg, La Monte Young y Steve Paxton.
Durante los años siguientes dividió su residencia entre Nueva York y Buenos Aires, y protagonizó happenings como Interppening (1972) y Kidnappening (1973), ambos en el Museum of Modern Art; Nicappening (1972) en la Parke Bernet Gallery, e Imago Flowing (1974) en Central Park. De regreso en Argentina, presentó obras como La Academia del Fracaso (1975) y Comunicando con Tierra (1976) en el CAYC.
A fines de los años setenta desarrolló una serie de instalaciones ecológicas que denominó “arte agrícola de acción”, combinando naturaleza y arte en obras como Repollos (1977), Toronjas (1977) y Oranges (1979). Paralelamente, creó estructuras monumentales comestibles, entre ellas El Obelisco de Pan Dulce (1978), La Torre de James Joyce en Pan (1980) —realizada en Irlanda— y otras figuras simbólicas revestidas en alimentos. En esta etapa, también inició una serie de “deconstrucciones de mitos” como El Nido de Hornero Gigante (1976), El Obelisco Acostado (1978) y Carlos Gardel de Fuego (1981), culminando con El Partenón de Libros (1983), una imponente réplica del Partenón griego cubierta con libros prohibidos durante la dictadura argentina, erigida como símbolo de la democracia y la libertad de expresión.
Durante los años ochenta, Minujín regresó parcialmente a la escultura, adoptando elementos de las tradiciones clásicas desde una óptica posmoderna. Aun así, no abandonó sus acciones performáticas. En 1985 protagonizó una de sus obras más icónicas: pagó simbólicamente la deuda externa argentina a Andy Warhol con mazorcas de maíz, el «oro americano». En 1992, por el Quinto Centenario, intentó una acción similar con la Reina Sofía de España, y años más tarde con una doble de Margaret Thatcher para aludir al conflicto de Malvinas.
En 1997 comenzó la creación de M.I.C.2, Mujer-Intelecto-Consumismo 2000, una escultura monumental destinada a representar a la mujer del siglo XXI. En 1998, el Museo de Arte Contemporáneo de Los Ángeles la incluyó entre los pioneros del arte de acción en la exposición Out of Actions: Between Performance and the Object, junto a figuras como Yves Klein, Allan Kaprow y el grupo japonés Gutai.
Entre sus libros más importantes se encuentran: El arte de los medios (1973), Arte agrícola de acción (1981), La Menesunda según Marta Minujín (2015), Minujín. Obras 1959–1989 (1990), Minujín. Escultura, happening, instalación (2002), Marta Minujín: Obras 1959–2010 (2011), Marta Minujín. Obras completas. Vol. I (2017), Marta Minujín. Obras completas. Vol. II (2021).
A lo largo de su trayectoria, Marta Minujín ha mantenido un compromiso inquebrantable con la experimentación, lo lúdico, lo colectivo y lo efímero, dejando una huella singular en el arte argentino y mundial. Su legado continúa expandiéndose como testimonio de una vida dedicada a romper moldes y a reinventar el modo en que el arte se vive y se concibe.
0 comments on “Minujín, Marta”