Brum, Blanca Luz

Blanca Luz Brum, poeta, periodista y activista uruguaya, fue una figura fascinante y polémica cuya vida estuvo marcada por el arte, la política y la pasión.
A los 16 años se casó con el poeta peruano Juan Parra del Riego, residente en Uruguay, quien —según una leyenda nunca desmentida— la habría raptado de un convento para casarse con ella. El 16 de noviembre de 1925 nació su hijo Eduardo, y apenas unos días después, el 22 de ese mes, Parra del Riego murió de tuberculosis.
Viuda a los 20 años, Blanca Luz viajó a Lima para que su hijo conociera la tierra y la familia de su padre. En la capital peruana conoció al pensador José Carlos Mariátegui, con quien entabló una intensa relación intelectual. Colaboró con la revista Amauta y editó su propia publicación, Guerrilla – Atalaya de la revolución, dedicada a la poesía de vanguardia y al compromiso social.
En 1928, regresó a Montevideo, experiencia que narró en su libro Blanca Luz contra la corriente (1936):
«He nacido en esta ciudad sudamericana, he salido a cantar por todas las calles del universo, he llorado a gritos, he amado a gritos. He peleado y he regresado a esta ciudad sudamericana y todo estaba igual».
A fines de ese mismo año, comenzó a publicar una columna semanal en el diario Justicia, del Partido Comunista, bajo el título El arte por la revolución, donde proclamaba la necesidad de abandonar «el arte por el arte» para ponerlo al servicio de las causas sociales.
En mayo de 1929, el muralista mexicano David Alfaro Siqueiros llegó a Montevideo como delegado al Congreso de Sindicalistas. Entre ambos nació una intensa relación que los llevó a viajar juntos a México, donde se casaron. Allí vivieron tiempos difíciles: Blanca Luz, su hijo y Siqueiros fueron encarcelados durante dos meses; tras su liberación, el artista permaneció detenido otros seis.
Durante su estancia en México, Brum se vinculó al vibrante ambiente cultural y político del país, participando en actividades junto a Diego Rivera, Frida Kahlo, Tina Modotti y el cineasta Serguéi Eisenstein, quien filmaba ¡Que viva México!.
En 1933, la pareja regresó al Río de la Plata. En Buenos Aires, Siqueiros fue acogido por Natalio Botana y Salvadora Medina Onrubia, quienes le ofrecieron el sótano de su quinta Los Granados, en Don Torcuato, para realizar un mural experimental: Ejercicio plástico. Esta obra, única por su carácter envolvente —pues cubre techo, paredes y piso—, contó con la colaboración de Antonio Berni, Lino Enea Spilimbergo, Juan Carlos Castagnino y el uruguayo Enrique Lázaro.
Blanca Luz fue la modelo de las figuras femeninas del mural. Sin embargo, la convivencia en Los Granados terminó en escándalo debido a un romance entre Brum y Botana. Siqueiros partió entonces a Nueva York, mientras Blanca Luz permaneció en Buenos Aires.
Tras la muerte de Botana en 1941, el Ejercicio plástico quedó envuelto en disputas legales hasta su posterior restauración. Hoy se exhibe en la Aduana Taylor, dentro del Museo del Bicentenario argentino, en un espacio que recrea su emplazamiento original.
En 1935, ya divorciada de Siqueiros, se instaló en el norte de Chile, donde contrajo matrimonio con Jorge Béeche, ingeniero de minas y diputado radical. En 1938 nació su hija María Eugenia, a quien dedicó varios poemas.
En 1942, ejerció como jefa de prensa de su amigo y candidato presidencial Juan Antonio Ríos, del Partido Radical.
A partir de 1943, Blanca Luz se vinculó a los sectores sindicales que darían origen al peronismo. Ocupó un puesto en la Secretaría de Trabajo y Previsión, dirigida por Juan Domingo Perón, y tuvo una participación decisiva como organizadora en la histórica movilización del 17 de octubre de 1945, que condujo a la liberación de Perón y consolidó su liderazgo político.
Posteriormente, se divorció y contrajo nuevo matrimonio con un empresario de apellido Brunson, con quien tuvo a su hijo Nils, nacido en 1948.
En 1957, ayudó al dirigente peronista Patricio Kelly a escapar de la cárcel de Santiago disfrazado de monja, lo que la obligó a refugiarse en la Isla Robinson Crusoe.
Desde allí siguió vinculada a la política: apoyó la candidatura presidencial de Eduardo Frei Montalva en 1963. Sin embargo, el triunfo de Salvador Allende en 1970 la llenó de temor y buscó abandonar el país solicitando una representación cultural ante el gobierno uruguayo de Jorge Pacheco Areco.
Tras el golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, viajó a Santiago para manifestarse frente a La Moneda y entregar sus joyas al nuevo régimen. Años más tarde, recibiría una condecoración de manos de Augusto Pinochet.
Sobre su vida en la isla escribió:
«Huelo la brea y el alquitrán de los veleros, y ya estoy en ella… Todo aquí es milenario.
Un resto de los seis primeros días del mundo».
Los últimos años de su vida estuvieron marcados por la tragedia: sus dos hijos varones murieron en accidentes automovilísticos, Eduardo en Lima y Nils en Santiago. Blanca Luz Brum falleció en Santiago de Chile el 7 de agosto de 1985.
Su nieta, la curadora Cecilia Brunson, publicó en 2002 junto a Olivier Debroise el libro Blanca Luz Brum: Amor, me hiciste amarga, que recupera la vida intensa y contradictoria de una de las mujeres más singulares del siglo XX latinoamericano.
Entre sus principales obras se encuentran:
Las llaves ardientes, 1925
Levante, 1928
Penitenciaría-Niño Perdido, 1931
Atmósfera arriba. Veinte poemas, 1933
Blanca Luz contra la corriente, 1935
Cantos de América del Sur, 1939
Del cancionero de Frutos Rivera, 1943
21 Poetas 21 Pueblos, 1945
El último Robinson, 1953
En brazos de su pueblo regresa Perón, 1972

0 comments on “Brum, Blanca Luz”