Bayley, Edgar

Bayley, Edgar

Edgar Bayley, ilustre poeta, ensayista y dramaturgo argentino, vio la luz por primera vez en la encantadora ciudad de Buenos Aires en 1919. Su partida de este mundo ocurrió en la misma ciudad argentina el 12 de agosto de 1990. Fue un prolífico humanista de múltiples talentos, cuya sensibilidad exquisita y habilidades intelectuales extraordinarias le permitieron dejar una huella imborrable en el ámbito literario.

En su extensa y brillante carrera poética, Bayley supo combinar magistralmente un tono sereno e íntimo con una reflexión rigurosa, distanciándose valientemente de las modas sociales y convenciones literarias de su época. Su nombre se encuentra estrechamente vinculado a las vanguardias artísticas que marcaron las décadas de los años 40 y 50, evidenciando su afán por explorar nuevos horizontes creativos.

Con un ferviente interés por las corrientes literarias y tendencias vanguardistas que aportaran un aire fresco a las Letras argentinas del siglo XX, Edgar Bayley se vio inicialmente atraído por las técnicas e ideas vanguardistas. Su participación activa en la fundación de la prestigiosa revista literaria Arturo (1944), una destacada publicación austral, le permitió difundir y dar cabida a estas corrientes innovadoras.

Dentro de su espléndida producción poética, se destacan títulos tan significativos como Invención 2, En común, La vigilia y el viaje y El día, los cuales marcaron un hito en la evolución de la lírica argentina contemporánea. En 1976, Bayley recopiló todos estos poemarios, añadiendo un título inédito hasta entonces llamado Celebraciones, y los publicó bajo el título genérico de Obra poética.

Además de su faceta como poeta, Bayley incursionó en el ensayo con obras como Realidad interna y función de la poesía y Estado de alerta estado de inocencia. También incursionó en el cuento con Vida y memoria del doctor Pi y otras historias, donde dejó su impronta creativa. Asimismo, su talento se manifestó en el teatro con obras como Burla de primavera, Farsa del sopete y el sastre y Dulioto.

En 1981, publicó Nuevos poemas y en 1982, Alguien llama, además de una Antología poética con prólogo a cargo de César Fernández Moreno. A lo largo de su carrera, Edgar Bayley dejó un legado invaluable en la literatura argentina, explorando diversas formas de expresión y dejando una huella perdurable en el panorama cultural del país.

A lo largo de su extensa trayectoria, Edgar Bayley no solo colaboró en destacadas revistas culturales, sino también en reconocidos diarios como Clarín, La Prensa, La Nación y La Opinión, entre otros. Su talento y dedicación lo llevaron a desempeñarse como bibliotecario y a ocupar cargos en la secretaría de cultura durante la presidencia de Arturo Frondizi, donde dejó su marca en el ámbito cultural del país.

En reconocimiento a su destacada labor y contribución a la poesía argentina, en 1977 fue galardonado con el prestigioso Gran Premio de Honor otorgado por la Fundación Argentina para la Poesía. Este reconocimiento reafirmó el impacto y la importancia de su obra en el panorama literario nacional, consolidando su posición como uno de los referentes más destacados de la poesía argentina contemporánea.

Entre sus principales obras se encuentran:

Invención 2, 1945
En común, 1949
Realidad interna y función de la poesía, 1952
La vigilia y el viaje, 1961
Ni razón ni palabra, 1961
El día, 1968
En Celebraciones, 1976

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