Paparella, Aldo

Paparella, Aldo

Aldo Paparella fue un destacado escultor ítalo-argentino, nacido en Minturno, Italia, en 1920. Inició su formación artística en Roma en 1935, donde estudió pintura bajo la guía del maestro Antonucci.

En 1947 participó en la Primera Exposición del Sindicato Provincial de las Artes Figurativas, celebrada en el Palacio Venecia de la capital italiana.

Durante la Segunda Guerra Mundial combatió en el ejército italiano en la campaña del norte de África, y fue hecho prisionero en Francia durante tres años. Finalizado el conflicto, en 1950 emigró a Buenos Aires, ciudad que se transformaría en el epicentro de su desarrollo artístico.

Ya afincado en Argentina, comenzó a destacarse en el medio local con obras abstractas realizadas mediante talla directa en piedra y madera. Luego amplió su lenguaje plástico al incorporar materiales como hierro y aluminio, trabajados con una gestualidad agresiva y expresiva que lo vincula con el informalismo. Ese mismo año expuso por primera vez en el país, en la galería Renoir de Rosario, Santa Fe.

En 1955 integró la Asociación Arte Nuevo, y en 1958 fue convocado para la muestra Panorama de la escultura no figurativa en la Argentina, que reunió a los artistas más innovadores del momento.

Para Paparella, la escultura era «una especie de aventura y encuentro», una vía directa hacia la tridimensionalidad sin necesidad de recurrir a las estrategias representativas de la pintura. Su obra, profundamente comprometida con la condición humana, se convirtió en un medio para reflexionar sobre el ser moderno y su tiempo.

Desde los volúmenes orgánicos de sus primeras esculturas en piedra y madera hasta las emblemáticas obras de la serie Monumentos inútiles realizadas en la década del 70, Paparella cultivó una estética de fuerte carga simbólica. Empleó materiales diversos como hierro, aluminio, cartón, tela, yeso y elementos de descarte, con los que abordó tanto formas industriales como gestos poéticos.

Entre fines de los años 50 y principios de los 60 desarrolló la serie Sugerencias, donde manipulaba metales para explorar las texturas y el desgaste, marcas que dejaban huellas del accionar humano. En los aluminios batidos, por ejemplo, las chapas eran golpeadas, curvadas y rotas, generando superficies que evocaban espectros y cicatrices del cuerpo y del alma.

A mediados de los años 60 produjo obras de una estética más contenida y geométrica, utilizando aluminio anodizado. Estas esculturas, reunidas bajo el título Asépticos en progresividad, se emparentan con el minimalismo y exhiben una rigurosa limpieza formal.

Sin embargo, su búsqueda poética no fue evasiva. En sus trabajos más conceptuales, Paparella denunció la alienación provocada por el consumo y la pérdida de sentido en el hombre contemporáneo. En este contexto surgió la célebre serie Monumentos inútiles, realizada entre 1971 y 1976. Compuesta por estructuras frágiles construidas con materiales humildes –madera, cartón, tela y yeso– cuidadosamente recubiertos con tiza y cola, esta serie se erige como uno de los momentos culminantes de su carrera. Fue presentada en 1972, y es considerada una de las manifestaciones más profundas y depuradas de su trayectoria.

En septiembre de 1976 ofreció su última exposición individual bajo el título Un cuarto de retrospectiva.

Falleció en Buenos Aires en 1977. Su legado permanece vigente en colecciones públicas y privadas tanto de Argentina como del exterior, consolidando su lugar entre los artistas más originales e influyentes de la escultura moderna latinoamericana.

Entre sus principales obras se encuentran:

Sugerencias, 1950
Asépticos en progresividad, 1960
Monumentos inútiles, 1971–1976
Un cuarto de retrospectiva, 1976 (exposición)

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