Nicolás García Uriburu fue un artista visual, arquitecto y activista ambiental argentino.

Nació en Buenos Aires el 24 de diciembre de 1937.

Era el mayor de los nueve hijos de Eduardo García Uriburu Castilla (1901-1976) y María Susana Massini Ezcurra Jolly (1915-2004). Por ser el primogénito, heredó el nombre de su abuelo, Nicolás García Uriburu (1858-1932).

Sus primeras producciones estuvieron marcadas por paisajes abstractos con una impronta informalista. Posteriormente, se aproximó a los códigos estéticos del arte pop. Tras graduarse en la Universidad de Buenos Aires, se radicó en París junto a su esposa, la modelo Blanca Isabel Álvarez de Toledo, con quien tuvo a su única hija, Azul.

A partir de 1968 comenzó a desarrollar intervenciones en espacios naturales, posicionándose como uno de los exponentes más destacados del land art. Su lenguaje pictórico acompañó esta evolución, direccionándose hacia los mismos objetivos que sus acciones. Ese mismo año adquirió proyección internacional al teñir de verde fosforescente los canales de Venecia durante la Bienal de Venecia. Había iniciado su trayectoria expositiva en 1954. Desde entonces, orientó su práctica hacia la ecología, la forestación y la denuncia de la contaminación de los océanos. Su arte, atravesado por una dimensión política —como lo ejemplifican obras como Unión de Latinoamérica por los ríos o No a las fronteras políticas—, puso en evidencia las tensiones entre naturaleza y civilización, y entre el ser humano y el progreso.

En 1981, en colaboración con el artista alemán Joseph Beuys, tiñeron las aguas del Rin y llevaron a cabo la plantación de 7000 robles durante la Documenta 7 en Kassel. Un año más tarde, en 1982, plantó 50.000 árboles en diferentes puntos de la ciudad de Buenos Aires, acción que replicó en otras oportunidades. Durante la década de 1980 realizó una serie de pinturas inspiradas en íconos del imaginario porteño, como Eva Perón, Carlos Gardel y la Virgen de Luján. En 1993 presentó su muestra individual Utopía del Sur en la Galería Ruth Benzacar de Buenos Aires.

Junto a su carrera artística, desplegó una intensa labor social, destacándose por su firme compromiso con la defensa del medio ambiente. Impulsó numerosas campañas de reforestación tanto en la Argentina como en Europa. Fue uno de los fundadores del Grupo Bosque, con el cual participó en tareas de forestación en la región de Maldonado, Uruguay, y colaboró en acciones conjuntas con Greenpeace.

En Buenos Aires, dirigió la Fundación Nicolás García Uriburu, dedicada a la investigación y preservación del arte de los pueblos originarios de América. Asimismo, ejerció el cargo de curador vitalicio del museo que lleva su nombre en la ciudad de Maldonado, donde se conserva la colección de Pintura y Escultura Nacional que donó al Estado uruguayo.

En 2010 recibió el Premio Carreras Creativas, otorgado por el Centro de Economía de la Creatividad de la Universidad del CEMA. En esa ocasión, David Galenson, profesor de la Universidad de Chicago y director del Centro, expresó: “Es muy difícil realizar una verdadera contribución al arte moderno, que cambie el arte que vemos y la forma en que pensamos sobre ella. También es muy difícil hacer una verdadera contribución a la concientización de problemas sociales como la destrucción del medio ambiente. Cuando alguien hace las dos cosas, con elegancia y humildad, es un logro extraordinario”.

Fue designado miembro de número de la Academia Nacional de Bellas Artes.

Falleció de un infarto en Buenos Aires el 19 de junio de 2016.

Recibió los siguientes premios:
1968, Premio Le Franc, París.
1968, Gran Premio Nacional, Buenos Aires.
1975, Primer Premio Bienal de Tokio, Tokio.
1985, Premio Braque, Buenos Aires.
1993, Primer Otium Ecología, Buenos Aires.
2000, Premio a la Trayectoria del Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires.[5]​
2002, Premio Konex de Platino, Buenos Aires.[5]​
2010, Premio Carreras Creativas, Centro de Economía de la Creatividad, Universidad del CEMA, Buenos Aires.