Descripción
Textos de Armin Arka y Karen Eliott
A comienzos de la década del 80, el fanzine irrumpió con fuerza en la escena cultural argentina como un gesto gráfico y editorial frente a la censura y el silencio programado por la última dictadura militar.
A mediados de esa década, en plena transición democrática, una generación de artistas y agitadores culturales inventó su propio soporte para decir lo que no encontraba lugar en los circuitos oficiales.
La urgencia por hacerse oír rompió todos los parámetros editoriales establecidos.
Impresos en mimeógrafos, reproducidos en fotocopias blanco y negro, serigrafiados, intervenidos con collages, lápices o témperas, ensamblados con grapas comunes o directamente sueltos, los fanzines comenzaron a circular con una intensidad inédita.
Se publicó sin pedir permiso, se editó sin ISBN, se desarmó el orden formal y se propuso uno completamente nuevo.
Publicaciones como Crash!, Surmenage, Trákate! o Catzole convirtieron al fanzine en algo más que un mero objeto editorial; lo transformaron en una nueva forma de comunicación gráfica.
En ese contexto, XXX fue uno de los primeros fanzines de erotismo disidente y contracultural que se hicieron en Buenos Aires.
Su circulación fue mínima, pero su potencia artística y política resultó incendiaria.
Hoy en día, atravesado por una desobediencia que nunca fue consigna ni bandera, el fanzine argentino persiste como archivo vivo de una época que recién comienza a ser estudiada.