Ortiz, Juan L.

Ortiz, Juan L.

Juan Laurentino Ortiz se destacó como poeta y versificador argentino, aclamado por el literato Juan José Saer como «el poeta más eminente de Argentina en el siglo veinte».

Juan Laurentino Ortiz nació el 11 de junio de 1896 en el poblado de Puerto Ruiz, ubicado en la provincia de Entre Ríos, Argentina. Durante sus primeros años, vivió inmerso en las exuberantes selvas de Montiel, un entorno que dejó una huella indeleble en su obra poética. Tras completar su educación en la Escuela Normal Mixta de Maestros de Gualeguay, en 1913 se trasladó a la bulliciosa ciudad de Buenos Aires, donde se embarcó en el estudio de Filosofía. Inmerso en el efervescente círculo literario de la década del veinte, entabló estrechas relaciones con destacadas figuras del ámbito literario. En 1915, Ortiz retornó a su tierra natal y, en 1924, contrajo matrimonio con Gerarda Irazusta, con quien tuvo un hijo, Evar Ortiz. A pesar de su inclinación hacia el socialismo, llegando a participar en un comité de apoyo a la Segunda República Española durante la convulsa guerra civil que asoló España en los años treinta, Ortiz mantuvo una postura distante respecto a los grandes movimientos políticos y sociales que agitaban Buenos Aires.

Residió en la ciudad de Gualeguay hasta 1942, año en el que culminó su trayectoria laboral en el Registro Civil local y optó por establecerse en la capital provincial de Entre Ríos, Paraná, donde decidió hacer su hogar de forma permanente, expresando su deseo de estar «más conectado con el devenir de la sociedad, más cerca de la gente», tal como lo compartió en una entrevista concedida a Alicia Dujovne Ortiz en 1978. En 1957, tuvo la oportunidad de realizar su único viaje al extranjero como parte de una delegación de intelectuales argentinos que visitaron China y la Unión Soviética, siendo invitado por el gobierno chino.

Su vida llegó a su fin el 2 de septiembre de 1978 en la ciudad de Paraná, a la edad de 82 años.

Los primeros trabajos literarios de Ortiz fueron autoeditados y distribuidos por él mismo entre amigos y conocidos lectores, lo que limitó considerablemente la difusión de su obra. No fue hasta 1933 que nació su primer poemario publicado en Buenos Aires, titulado «El agua y la noche», el cual recopilaba poemas escritos entre 1924 y 1932. De manera similar, cuatro años más tarde, en 1937, lanzó al público su segundo poemario, «El alba sube…». En los años subsiguientes, la publicación de sus libros fue gestionada de manera más sistemática, lo que facilitó una mayor difusión de su trabajo creativo. Entre las obras que le siguieron se encuentran: «El ángel inclinado» (1938), «La rama hacia el este» (1940), «El álamo y el viento» (1948), «El aire conmovido» (1949), «La mano infinita» (1951), «La brisa profunda» (1954), «El alma y las colinas» (1956) y «De las raíces y del cielo» (1958).

En los selectos círculos literarios de la capital, Juan Laurentino Ortiz comenzó a ser conocido cariñosamente como «Juanele». Su distintiva imagen incluía el hábito de fumar en largas boquillas de caña, mientras que sus poemas, en verso expansivo, encontraron su hogar en libros de tipografía diminuta, en los cuales cuidaba meticulosamente cada detalle de la edición, una práctica que se convirtió en su sello distintivo y que fue reverenciada en las posteriores ediciones de su obra. Su reputación como poeta de culto trascendió las fronteras de la capital, alcanzando incluso la provincia de Santa Fe, donde residía el reconocido escritor Juan José Saer. Saer, junto con otros admiradores, visitaba con frecuencia a Ortiz, quien se encontraba inmerso en un universo donde la influencia de los simbolistas franceses y la poesía oriental se entrelazaba con la delicadeza y la contemplación. En sus versos, siempre presentes, se evocaban el fluir del río, la majestuosidad de los árboles, las periódicas inundaciones y los caprichosos cambios climáticos, sin eludir jamás la rica historia social de su amada provincia natal, hogar de importantes frigoríficos desde los albores del siglo XX. Ortiz demostraba una especial sensibilidad hacia el drama de la pobreza, particularmente conmovedora en los niños que, en su inocencia, sufrían sus embates.

Después de un lapso de más de una década sin presentar nuevas obras, en 1971 la Biblioteca Vigil de Rosario recopiló la poesía completa de Juan Laurentino Ortiz en tres volúmenes, bajo el título evocador de «En el aura del sauce». Esta colección incluyó tres poemarios hasta entonces inéditos: «El junco y la corriente», «La orilla que se abisma» y «El Gualeguay». Este último, su epopeya más extensa, con sus 2639 versos, retrata con maestría tanto el paisaje ribereño como los avatares históricos y económicos que marcaron las riberas de uno de los ríos emblemáticos de la provincia de Entre Ríos.

En el año 2006, la editorial Beatriz Viterbo presentó en formato de libro el poema «El Gualeguay», en una cuidada edición a cargo de Sergio Delgado, quien también tuvo a su cargo la preparación de una edición integral de la obra del poeta en 1996, publicada por la Universidad del Litoral, con valiosos aportes textuales de Daniel García Helder y Martín Prieto.

Además de su brillante carrera como escritor, Juan Laurentino Ortiz dejó un legado significativo como destacado traductor. Su talento se manifestó en la traducción de obras de renombrados poetas como Paul Eluard, Giuseppe Ungaretti y Ezra Pound, así como en la introducción de la poesía china al público hispanohablante a través de sus traducciones.

Entre sus principales obras se encuentran:

La Luna, 1933
El alba sube…, 1937
De la libertad hacia la vida, 1938
El ángel inclinado, 1938
La rama hacia el este, 1940
El álamo y el viento, 1948
El aire conmovido, 1949
La mano infinita, 1951
La brisa profunda, 1954
El alma y las colinas, 1956
De las raíces y del cielo, 1958
En el aura del sauce, 1971
Obra completa, 2005.

Did you like this? Share it!

0 comments on “Ortiz, Juan L.

Comments are closed.