Lira, Rodrigo

Lira, Rodrigo

Rodrigo Lira Canguilhem fue un poeta chileno que llevó al extremo la línea poética inaugurada por Nicanor Parra y Enrique Lihn. Sus textos se caracterizan por un abundante uso de la ironía, una constante experimentación lingüística, el empleo de la intertextualidad, la crítica social y un humor mordaz y oscuro, donde nadie, ni siquiera él mismo, queda exento.

Nació en Santiago de Chile el 26 de diciembre de 1949.

Realizó su educación primaria y secundaria en el Colegio del Verbo Divino y en la Escuela Militar. En 1967 ingresó a la Universidad Católica, donde inició estudios en Psicología, pero luego exploró otras disciplinas como Filosofía, Artes de la Comunicación e Historia, hasta que en 1971 fue diagnosticado con esquizofrenia. Más tarde, retomó sus estudios en la Universidad de Chile, matriculándose en 1975 en la Facultad de Bellas Artes, y tres años después ingresó al Departamento de Lingüística y Filología.

Aunque Lira no llegó a concluir ninguna carrera, su primer trabajo publicado apareció en 1972, aunque no fue un poema, sino el guion de una historieta que se publicó en la revista Cabrochico en seis números de ese año (del 14 al 18). Su relación con la editorial Quimantú había comenzado el año anterior, cuando propuso una historieta sobre la vida de Manuel Rodríguez que fue rechazada, pero su guion Panchito en la tierra de la fantasía llamó la atención del dibujante Ariel (Carlos Cabrera), y finalmente se publicó en la mencionada revista. Este trabajo fue redescubierto en 2014 por el escritor y especialista en ilustración Jorge Montealegre, quien lo incluyó en el libro Rodrigo Lira, un poeta en la tierra del cómic.

Respecto a la enfermedad de Lira, diagnosticada como esquizofrenia hebefrénica en la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile, su madre, Elisa, comentó: «Padecía un trastorno bipolar, enfermedad que en momentos de euforia lo llevaba a abandonar un trabajo y marcharse con su mochila al norte, o en estados depresivos se encerraba en su habitación durante tres días».

El 26 de diciembre de 1981, en el día de su cumpleaños, Rodrigo Lira se quitó la vida en su departamento en la avenida Grecia 907, en el Conjunto Empart Ñuñoa, dejándose desangrar en la bañera. Tenía 32 años. Su trágico final, junto con su obra profundamente desgarradora, contribuyó a la imagen de un poeta excéntrico y «maldito», convirtiéndolo en una figura de culto en las letras chilenas. Su última aparición pública fue el 23 de noviembre de 1981, cuando participó en el programa de televisión ¿Cuánto vale el show? de Teleonce, donde recitó un texto de William Shakespeare y ganó un premio de 8700 pesos chilenos. Sus restos descansan en el Cementerio General de Santiago.

Lira escribió la mayoría de sus poemas durante la década de 1970, especialmente entre 1977 y 1981. Sus versos circulaban principalmente en copias fotocopiadas que él mismo distribuía en los campus universitarios. Estas reproducciones y los recitales que ofrecía en lugares como el Instituto Goethe, el Centro Cultural de Las Condes o el Café Ulm, fueron los principales medios para dar a conocer su obra. En sus escritos —que incluyen cartas a medios de comunicación, postulaciones a concursos y currículos que convertía en poemas—, solía insertar recortes de prensa, imágenes estilo collage y juegos gráficos con las palabras, rompiendo así con las convenciones poéticas dominantes de la época, en la que muchos poetas utilizaban sus versos como una forma de confrontar la represión que se vivía en Chile.

En 1979, su poema 4 tres cientos sesenta y cincos y un 366 de onces obtuvo el primer lugar en el concurso organizado por la revista La Bicicleta, y fue publicado en el número de marzo-abril de 1980. El jurado, que incluía a figuras como Enrique Lihn y Raúl Zurita, otorgó el segundo premio a Omar Lara y el tercero a Claudio Bertoni.

Ese mismo año, Lira apareció en la antología Ganymedes 6, editada por David Turkeltaub, quien seleccionó el poema Paseo de las flores. Sin embargo, Enrique Lihn lamentó que no se hubiera escogido alguno de los otros textos inéditos que Lira había entregado al editor, considerando que eran superiores al seleccionado.

Antes de su victoria en La Bicicleta, Lira había recibido una mención honrosa en el concurso Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile (1978), así como en el certamen organizado por la Vicerrectoría Académica de la Universidad de Chile (1979), y había obtenido el segundo lugar en el concurso «Palabras para el hombre» de la Agrupación Cultural Universitaria (1978).

Roberto Careaga señaló que Lira «acechó la precaria escena literaria de finales de los 70 con poemas satíricos y confesionales que nunca lograron sacarlo de su condición de poeta marginal». Este crítico literario destaca cómo Lira, desde 1975 aproximadamente, comenzó a escribir una poesía que, al igual que Panchito, subvertía las reglas del mundo que exploraba: a través de parodias, juegos lingüísticos, confesiones biográficas y retratos sarcásticos de su día a día, desmanteló la lírica tradicional hasta hacerla estallar.

Sus obras fueron publicadas póstumamente en los libros Proyecto de obras completas (1984), una colección de alrededor de treinta textos con prólogo de Enrique Lihn, y Declaración jurada, que incluye seis textos no recogidos en el volumen anterior. La génesis del Proyecto de obras completas se remonta al funeral de Lira, cuando su madre reconoció a Nicanor Parra entre los asistentes y, tras conversar con él, le entregó un conjunto de textos inéditos de su hijo para que los diera a conocer. Parra, a su vez, confió esos textos a Lihn.

Según Memoria Chilena, la obra de Rodrigo Lira «representa uno de los caminos más interesantes seguidos por la poesía chilena en el último tercio del siglo XX, sintetizando y radicalizando las sendas abiertas por poetas como Nicanor Parra y Enrique Lihn». Con su rescate del habla coloquial, su humor negro y mordaz, y su intertextualidad, Lira logró romper con una tradición poética que reflejaba la opresión objetiva y subjetiva de Chile bajo la dictadura, marcando un punto de inflexión que permitiría a la poesía chilena evolucionar.

Recibió los siguientes reconocimientos:
Primer premio en el Concurso de Poesía de la revista La Bicicleta por 4 tres cientos sesenta y cincos y un 366 de onces
Finalista del Premio Altazor de Poesía 2007 con Declaración jurada.

Entre sus principales obras se encuentran:

Proyecto de obras completas, con prólogo de Enrique Lihn, 1984
Declaración jurada, con prólogo de Grínor Rojo, 2006
Buelos barios: boladas boludas, poemas y cuentos con dibujos del mismo Lira, 2016

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