Gervasio Guillot Muñoz (Montevideo, 27 de setiembre de 1897 – Montevideo, 26 de octubre de 1956) fue un autor uruguayo cuya contribución principal fue en el área de la evaluación literaria.

Desde una edad temprana mostró interés por la escritura, no obstante, también estudió en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y en la Facultad de Arquitectura, sin embargo no llegó a completar ninguna de estas carreras. Desde su juventud, brindó cursos sobre arte e historia y luego fue nombrado subdirector del Museo Nacional de Bellas Artes, puesto que ocupó hasta 1933, momento en que fue destituido en el contexto de la dictadura de Gabriel Terra.

Junto con su hermano gemelo Álvaro y Alberto Lasplaces, fundó en 1924 la revista cultural «La Cruz del Sur», la cual tuvo un papel importante en la época. Considerada una de las más sobresalientes de la época, esta revista se enfocó en difundir el arte moderno y debatir sobre la literatura contemporánea. La publicación de esta revista continuó hasta 1931, editando un total de treinta y cuatro números. Gervasio Guillot formó un equipo de trabajo junto a su hermano que produjo una serie de artículos donde la literatura francesa contemporánea y su influencia en la literatura uruguaya tuvo un papel destacado.

En esta publicación también contribuyó el poeta Alfredo Mario Ferreiro, desde 1926 hasta 1929, momento en que la dejó para fundar y dirigir la revista «Cartel».

Además de sus escritos enfocados en el estudio de la literatura francesa contemporánea de su tiempo y en el análisis de la obra de los creadores franco-uruguayos más destacados, como Jules Supervielle, Conde de Lautréamont (Isidore Ducasse) y Jules Laforgue, también mostró interés en la vida y obra de importantes autores americanos.

Una faceta menos conocida de Guillot, aparte de su labor como crítico literario, fue su incursión en la poesía, género en el que publicó un único libro en francés que nunca fue traducido al español, «Misaine sur l’estuaire», publicado en Montevideo por la editorial «La Cruz del Sur».

Guillot también escribió sobre artes visuales, principalmente sobre pintura, y otros textos de corte político donde se evidenciaba su rechazo al fascismo en ascenso en Europa, contribuyendo así al debate político e ideológico de su época.

Entre sus principales obras se encuentran:

Prólogo de «El hombre que se comió un autobús» de Alfredo Mario Ferreiro, 1927
La conversación de Carlos Reyles, 1966
La leyenda de Lautréamont, 1971
Escritos, 2009