Luis Fernando Benedit fue un artista visual, diseñador y arquitecto argentino. Comenzó sus estudios en la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires en 1956. Su producción se vincula tanto con las raíces del informalismo como con las formas más contemporáneas del arte experimental.

Nació en Buenos Aires en 1937.

Durante sus primeros años, entre 1959 y 1962, se dedicó principalmente a la pintura como vía de expresión. En 1963 finaliza su carrera universitaria con un proyecto que fue distinguido con un premio.

Su lenguaje plástico recibió la influencia del informalismo, y en particular del art brut, corriente dentro de ese movimiento impulsada por Jean Dubuffet, quien lo definió como: «Dibujos, pinturas, labores de arte de todo tipo que emanan de personalidades oscuras, de maníacos, que provienen de impulsos espontáneos, animados por la fantasía, por el delirio incluso y extraños a los caminos trillados del arte catalogado». Estas figuras eran individuos marginados de la sociedad, como pacientes psiquiátricos, niños, autodidactas, ancianos, solitarios o inadaptados.

La trayectoria de Benedit se inscribe en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, donde se advierte una transformación tanto ética como estética en los procesos creativos. Su obra revela una clara afinidad con el grupo Cobra, cuyas composiciones incorporaban elementos del arte popular y líneas poéticas diversas. En 1961 realizó su primera exposición individual en la Galería Lirolay de Buenos Aires.

En 1963 viajó a España para profundizar sus estudios en arquitectura y pintura. Su estilo pictórico se orientó entonces hacia una estética próxima al Pop Art, con colores planos y formas simplificadas. Aparece de manera simbólica la temática del campo, introduciendo una narrativa visual más marcada. En 1966 exhibió en la Galería Rubbers, y ese mismo año regresó a España, donde junto a Vicente Marotta desarrolló la ambientación Barba azul para el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MALBA). Allí integró esmaltes tridimensionales sobre chapas y un entorno sonoro con esculturas de cemento realizadas por Marotta.

En 1967 recibió una beca del gobierno italiano para especializarse en diseño paisajístico bajo la tutela del maestro Francesco Fariello. Desde entonces, sus intereses se ampliaron hacia el ámbito biológico, creando instalaciones que incorporaban organismos vivos. En 1968 regresó a Buenos Aires, donde continuó su labor tanto como arquitecto como artista plástico. Ese mismo año presentó en el Museo Nacional de Bellas Artes la muestra «Materiales, nuevas técnicas, nuevas expresiones», compuesta por objetos realizados con materiales naturales e inorgánicos —vidrio, agua y peces vivos—, constituyendo su primer hábitat artificial. Esta línea de trabajo continuó con Microzoo, expuesta en la Galería Rubbers, donde mostró hábitats diseñados para albergar plantas, insectos y diversos animales (tortugas, peces, hormigas, gatos y abejas).

En 1969 participó en la muestra Arte y cibernética, organizada por Jorge Glusberg, orientada a difundir creaciones generadas por computadoras. En 1970 representó a la Argentina en la Bienal de Venecia con la obra Biotrón, realizada en colaboración con los científicos Antonio Battro, Josué Núñez y el propio Glusberg. En 1971 formó parte de la exhibición Arte de sistemas, anticipo del auge conceptualista de un grupo emergente, donde presentó su instalación Laberinto Invisible, en la que el público transitaba un recorrido sensorial guiado por espejos, alarmas y sensores. Fue miembro fundador del Grupo de los 13, liderado por Glusberg en el Centro de Arte y Comunicación (CAYC), al que perteneció desde su inicio hasta la última muestra del colectivo en 1994.

En 1972 fue invitado a exponer en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), donde presentó su segundo hábitat más célebre, Fiotrón, un sistema de cultivo hidropónico cuyos diseños fueron adquiridos por el museo. En 1977 integró el envío del Grupo de los 13 a la Bienal de San Pablo, donde obtuvieron el Gran Premio Itamaraty. Su obra «Trompos» (1976) representa una ley física a partir del vínculo entre la materia y el comportamiento de los cuerpos. En 1978 desarrolló una serie de piezas como «Caja de maíz», «Taba», «Cuchillo», «Caja de alambrado», entre otras, que reflexionan sobre el impacto de los avances tecnológicos en el mundo rural argentino. En 1979 fue distinguido con el premio Benson & Hedges al nuevo grabado y dibujo argentino.

Ese mismo año, junto a Jacques Bedel y Clorindo Testa, resultó ganador del concurso para la transformación del edificio del Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, que había tenido funciones como convento, prisión y asilo. La intervención se propuso acentuar el carácter ecléctico de la arquitectura original. En palabras del propio Benedit: «Aparte de la diversidad de estilos, uno también le puede agregar a ese caldo arquitectónico, las ruinas de Pompeya, observatorios astronómicos de la India, las fachadas napolitanas coloradas y grises, las escaleras de hierro de la época de los rusos de 1920, las marquesinas de fierro y vidrio de principios del siglo, y las cosas contemporáneas».

Benedit recibió el Premio Konex en todas las ediciones dedicadas a las Artes Visuales: en 1982, 2002 y póstumamente en 2012, cada vez con un Diploma al Mérito como uno de los cinco artistas más destacados de la década, y en 1992 con el Konex de Platino, reconocimiento que lo consagró como el más sobresaliente en su disciplina, ubicándolo entre los creadores más influyentes del arte argentino.

Falleció en Buenos Aires el 12 de abril de 2011.

Entre sus principales obras se encuentran:

Proyecto juguete,1962
Homenaje a Fabre Nº 6, 1962
Biotron.1970
Fiotrón”, 1972
Proyecto juguete Nº14, 1977
Proyecto juguete Nº 10, 1977