María Raquel Adler, reconocida como una destacada poetisa y escritora, es considerada una de las figuras más relevantes en la poesía religiosa y mística argentina del siglo XX. Aunque su legado ha quedado en gran medida en el olvido y su obra es escasa y difícil de encontrar, su impronta perdura en aquellos que han tenido la oportunidad de descubrir sus escritos.

Nacida en el seno de una familia judía mientras sus padres Alemán y Rumania viajaban hacia Argentina en un barco, la fecha exacta de su nacimiento sigue siendo incierta, estimándose entre los años 1899 y 1910. Falleció el 28 de julio de 1974 en Bernal, Provincia de Buenos Aires, Argentina. La información acerca de su fecha de nacimiento varía en diferentes fuentes, mencionándose los años 1901, 1904 o 1910.

La obra de María Raquel Adler se caracteriza por su profunda inspiración mística y religiosa. Su poesía surge de una fe intensa y sincera en Cristo. Aunque nació en una familia judía, tomó la decisión de convertirse al catolicismo, lo que marcó un importante punto de inflexión en su vida y en su producción literaria.

Durante su trayectoria, formó parte de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Escritores entre 1934 y 1938. Además, fue miembro destacado de la Asociación de Escritoras y Publicistas Católicas (ASESCA), fundada en diciembre de 1939. Este grupo, conformado por reconocidas escritoras como Sara Mackintach, Sara Montes de Oca de Cárdenas y Lucrecia Sáenz Quesada de Sáenz, se reunía en la Abadía de San Benito en el barrio porteño de Palermo, bajo la guía y bendición del abad Andrés de Azcárate OSB. Con el tiempo, se sumaron a esta asociación otras escritoras de renombre, entre las que se encontraban Delfina Bunge de Gálvez, Concepción Solveyra de Victorica, Magdalena Fragueiro Olivera, Cornelia Groussac, Mercedes y Josefina Molina Anchorena, Sofía y Esther Sierra Victorica, y Angélica Felisa Fuselli, junto a la propia María Raquel Adler.

Entre sus principales obras se encuentran:

Revelación, 1922
Místicas, 1923
Cantos de Raquel, 1925
La divina tortura, 1927
De Israel a Cristo, 1933
Estas obras reflejan su profundo compromiso espiritual y su exploración de la fe desde diferentes perspectivas.