Thonis, Luis
Luis Thonis, ampliamente reconocido como ensayista y poeta, se distingue por sus narrativas que rebosan de alusiones y conclusiones categóricas acerca de la historia reciente.
Thonis, cuya destreza en la escritura se manifiesta con agudeza en sus ensayos y sus polémicas intervenciones, es una figura radicalmente disidente dentro del contexto de la cultura de izquierda argentina. Su perspectiva, que oscila entre el marxismo, el posestructuralismo y el peronismo, a menudo desafía las convenciones establecidas.
A diferencia de los escritores profesionales a los que hace referencia Muray, Thonis no se limitaba a ser un profesional de la escritura en el sentido convencional. Él mismo no se consideraba un escritor profesional, en el sentido de aquellos que se dedican exclusivamente a esta labor. En cambio, se autodenominaba como un guerrero intelectual, una elección que expresaba de manera explícita y que marcaba su compromiso con una causa y un enfoque apasionado en su obra.
Luis Thonis era un individuo apasionado que se dedicaba a la lectura, el debate y la escritura, una personalidad que resultaba excepcional en estos tiempos actuales. Surgió en un mundo que gradualmente fue sofocando las conversaciones auténticas, y su voz resonaba de manera enérgica en medio de este entorno.
Luis Thonis carecía de temor en un momento en el que muchas personas expresan miedo hacia lo que en realidad es la diferencia, la distancia y, en ocasiones, cuestiones éticas. La falta de correspondencia que experimentaba alguien como él se debía en gran parte al recelo, la restricción de los espacios disponibles para el debate y la crítica, así como la escasez de lectura crítica.
Vivimos en una época en la que el temor a la marginación inevitable del escritor es una preocupación constante. La voz que se atreve a expresar y debatir se enfrenta a un doble estigma y a menudo es mirada con desconfianza. Como bien señaló Hugo Savino, «intervenir es un arte de la delicadeza,» una afirmación que Luis comprendía profundamente y que plasmó en sus palabras: «Parece un lujo carecer de identidad en una ciudad en la que no estoy expulsado, soy considerado una suerte de cómplice de un estafador, o, peor, un idiota útil. Me empeño vanamente en el trabajo de volverme anónimo. Es imposible. El vecino me niega ese derecho radical…»
Luis Thonis se aventuró a crear sus propias revistas, aunque muchas de ellas tuvieran un solo número. Sus escritos abarcaban tanto la poesía como la prosa en diversas formas. Durante muchas épocas, residió en Argentina y su presencia y obra enriquecieron el ambiente intelectual. Como bien afirmó Panesi, los escritos de Luis Thonis, que en algún momento pudieron parecer ensayos enloquecidos, confirmaban que «la crítica (verdadera) es incómoda por naturaleza y tiende a producir incomodidad.»
Luis Thonis destacaba por su extrema rigurosidad y su capacidad para identificar a los sofistas que lo rodeaban desde lejos. Mientras la mayoría se sumía en una melodía monótona y persistente, él se entregaba a la invención, continuando su reflexión sobre la literatura y la historia como campos de batalla, donde mezclaba verdades y mitos entre enemigos que hoy aparecen borrosos, omnipresentes y casi inaprehensibles.
Luis Thonis era un individuo imprevisible, siguiendo su propio camino como un perro de carreras, sin restricciones pero siempre provocando una disputa en este mundo adormecido, habitado por zombis o «pelotudos atómicos», como él solía llamarlos, según registros de la década de 1980. En su obra «Cuerpos inéditos,» escribió: «Quienes hayan superado los cuarenta años no deberían seguir escribiendo. Ese supuesto apogeo, descubierto por los tímidos, nos ha parecido letal, especialmente en su caso, ya que en los escritores, la sensibilidad, que no se mueve con sigilo, suele rastrear siempre lo mismo. Hablamos aquí más como amigos del Autor que como lectores o críticos de su obra, fusionándonos con ella en un final que es un nuevo comienzo.» Esta afirmación desentraña sujetos o cuerpos ocultos, inéditos, contradicciones, biografías y ironías desveladas en un estilo que se asemeja al modo dramático que presentamos en «El pueblo está más seguro».
Luis Thonis forma parte de una tradición literaria que combina lo escrito con lo oral y lo perorante, en la línea de Macedonio Fernández, a quien en alguna ocasión describió como alguien «en contra del autor porque es autor de un personaje, que se revela comediante de su propio ideal,» estableciendo una distinción apropiada con el agudo Borges. Esta tradición también abarca la escritura lírica, como se evidencia en el poema «Santidades» de «Cuerpos inéditos,» donde, en su inquebrantable conciencia trágica, declara: «Se puede tener en cuenta cierto estado de excepción que tiende a ser permanente y, ante la inminencia de la carnicería, hablar y escribir de modo que los cuerpos no hagan caso omiso de la división que los atraviesa, sean solamente cuerpos y emprendan con total suficiencia su marcha renovada hacia los nuevos mataderos». En Luis Thonis, existe una profunda conciencia de esta tradición literaria.
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