Lamarque, Nydia
Nydia Lamarque se distinguió como una destacada poeta argentina. Más allá de su incursión en la poesía, desempeñó roles como abogada, activista y traductora. Su compromiso se extendía hacia el ámbito socialista y los movimientos que luchaban por la igualdad de género.
El año de su llegada al mundo fue 1906, en Buenos Aires, Argentina. Su ascendencia paterna revelaba raíces francesas. A tan temprana edad como los 12 años, Nydia Lamarque ya se hallaba sumergida en la composición poética.
En el año 1925, Lamarque dio luz a «Telarañas», su ópera prima en el terreno poético. Posteriormente, en 1927, vio la luz «Elegía del gran amor». El año 1930 presenció la publicación de su tercer logro literario, «Los cíclopes: una epopeya en la calle Sucre». Sin embargo, no fue sino hasta 1950 cuando se editó su obra «Acta de acusación de la vida», seguido por «Echeverría el poeta» en 1951.
El dominio fluido del idioma francés era parte de sus atributos, y era reconocida por su destreza en la traducción de la literatura gala. Nydia Lamarque ejerció sus habilidades de traductora para brindar voz a los trabajos de Baudelaire, Racine, Rimbaud, Henri De Man, Adolfo Boschot y Héctor Berlioz. En 1948, llevó a cabo la primera traducción de Baudelaire en Argentina, un hito notable en su carrera.
Lamarque asumió el rol de abogada defensora y estableció conexiones con la Internacional Sindical Roja.
Su figura dejó huella en el Grupo de Boedo, un colectivo de escritores que abrazaban la vanguardia literaria. Además, se unió al Ateneo Femenino de Buenos Aires. Fue parte activa del Partido Comunista Argentino y evidenció su preocupación por los dilemas sociales. Su liderazgo se extendió a la presidencia del Comité Argentino contra la Guerra, orquestando la Conferencia Latinoamericana contra la Guerra en marzo de 1933.
En julio de ese mismo año, Nydia Lamarque compartió sus pensamientos en un artículo en la revista «Contra». En sus líneas, estableció que «el arte, como resultado y amalgama de fuerzas sociales, refleja la realidad de la sociedad», proclamando que «el arte puro representa el declive de la burguesía». En defensa de la «triunfante expresión artística proletaria de la URSS», defendió sus perspectivas con fervor.
En el año 1925, Jorge Luis Borges emitió comentarios elogiosos en relación al trabajo de Nydia Lamarque en lengua española. En su apreciación, estableció paralelos entre su obra y la de Alfonsina Storni, enfatizando que la de Lamarque carecía de «la vaguedad y la estridencia chismosa que Storni tiende a ofrecernos». Además, Borges dedica su colección de poesía «Fervor de Buenos Aires» a Lamarque, evidenciando así su admiración.
En la obra «Literatura Argentina Contemporánea», el crítico literario Juan Pinto describe a Lamarque como «la poetisa con la voz más masculina de nuestra literatura», subrayando su singularidad en la expresión literaria.
Nydia Lamarque falleció el 10 de febrero de 1982.
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