Se desempeñó como editor de la reconocida revista Cormorán y delfín, una de las publicaciones de poesía argentina más ampliamente difundidas en el mundo durante las décadas de los 60 y 70. Además, contribuyó en el periódico Alberdi, que circulaba en Vedia, provincia de Buenos Aires, con una columna semanal, y colaboró en revistas tanto de América Latina como de Europa. También estuvo al frente de las ediciones de poesía Dead Weight.

Entre sus obras poéticas publicadas se encuentran «Versos del ciclo sin fin», «De mar en mar, de tierra en tierra» y «Canto para mantener viva la esperanza».

Ariel Canzani D. se adelantó a su época en prácticamente todos los temas centrales de la vida contemporánea. No hubo ningún ámbito del pensamiento que escapara a su incesante exploración. Siempre se mantuvo a la vanguardia de la literatura, la sociología, la filosofía, la psicología y la ecología, tema del cual fue un pionero. Como era de esperar en un hombre de su integridad moral y erudición, se posicionó a la izquierda del pensamiento social. No hizo concesiones a la sumisión ni a los aduladores, y pagó el precio correspondiente por no someterse a los altares de la miseria espiritual imperante.

Al momento de su fallecimiento, sabía que el anhelado socialismo no llegaría, que el ser humano no lograba siquiera llenar el perfil mínimo necesario para hacer realidad esa sencilla utopía de construir un mundo de seres humanos, ni más ni menos. Se sospecha que su partida anticipada se debió a la decepción y al desencanto, a la visión insoportable y al sufrimiento cotidiano de vivir condenado irremediablemente a un mundo en el que la poesía ha quedado confinada al estrecho ámbito de las palabras, atrincherada tras la inquebrantable hipocresía que define a la sociedad, y en particular, a la denominada sociedad occidental y cristiana.

Los jóvenes poetas que en algún momento se acercaron a su enaltecida estatura en busca de consejo o ayuda encontraron en él un torrente generoso de cálida presencia paternal y profética. Les legó una obra vasta y majestuosa en su elevación hacia las dimensiones más significativas y trascendentales de la existencia humana. Hoy nos corresponde continuar la obra que dejó inconclusa.

Fallece el 27 de julio de 1983.

Entre sus principales obras se encuentran:

La sed: diario de mi amigo el monstruo, 1960
Poemas Loxodrómicos, 1968
Poemas del círculo vicioso, 1970
Una década de testimonio y desmistificación en la literatura Argentina: CORMORÁN Y DELFÍN 1963-1973
Poemas del Crecimiento Necesario, 1974
Poema para que viva la esperanza, 1977
De mar en mar, de tierra en tierra, 1979
Poemas Dióptricos, 1980