Delia Domínguez Mohr​ (Osorno, 11 de agosto de 1931 – Santiago, 7 de noviembre de 2022),​ fue una escritora chilena y poeta, perteneciente a la generación literaria de 1950.

Descendiente de inmigrantes alemanes, era la hija del jurista y juez Luis Domínguez y Amalia Mohr. En 1936, su madre falleció a causa de tuberculosis y su padre la envió a ella y a su hermano Luis a un internado.

Asistió al Colegio de las Hermanas Alemanas de Osorno. En relación a su tiempo en el colegio, afirmó que se sentía «solitaria, tanto que hablaba con los animales». «Era una niña rebelde y atrevida, por lo que las hermanas me encerraban como castigo. En una de estas ocasiones, leí en la revista Margarita las bases de un concurso nacional de poesía para alumnos de educación básica llamado La uva. Sin saber exactamente qué era un poema, escribí uno y gané el primer lugar. Desde Santiago, el Ministerio de Educación envió un diploma a mi colegio, que fue recibido en la rectoría, donde me llamaron. Allí, la madre superiora me dijo: ‘niña hipócrita, ¿por qué no me dijiste que eras poeta?’ y me mostró el diploma de reconocimiento. En vez de felicitarme, me regañó por no haberle dicho que había participado en ese concurso. Desde entonces, cuando tenía siete años, me llamaron sarcásticamente la Neruda-Domínguez».​

Inició sus estudios de derecho en la Universidad de Chile, pero después de tres años abandonó y se dedicó a administrar el fundo familiar, Santa Amelia de Tacamó, en Osorno. Durante su tiempo como estudiante, vivió su segunda gran tragedia (la muerte de su madre había sido la primera): a los 20 años de edad, perdió al amor de su vida. Delia recuerda: «Nunca antes había amado de esa manera, y nunca volví a amar así. Él se llevó mi amor con su muerte. Yo estaba estudiando derecho en Santiago, mientras él tenía una lechería en el sur con un socio. Llevábamos tres años juntos y estábamos ilusionados, casi comprometidos. Mi padre me había venido a visitar, y ese día fuimos a tomar té al Crillón. Mientras nos atendían, me pasó el diario -él tampoco sabía- y vi la noticia: ‘Joven baleado en Osorno’. Le dispararon cuatro veces y falleció instantáneamente. El asesino era un ex empleado suyo. Ese día, una parte de mi alegría se apagó. Fue muy brutal».

Colaboró con distintas publicaciones, en especial con la revista Paula, de la que fue líder de edición y crítica literaria. También participó como presentadora en varios programas televisivos de arte para el canal 9 de la Universidad de Chile y como panelista en el programa Carretera Cultural de la radio Chilena.

Además de haber dirigido la Sociedad de Escritores de Chile y su revista, Alerce.

Fue designada como miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua, y en mayo de 1992 tomó el 4.º sillón. Su discurso de aceptación se titulaba Indicios de una Poesía Mestiza en el Paralelo 40° Sur.

Desde que falleció su padre en 1970, residió en la misma vivienda en el barrio de Providencia en Santiago.

Sus poemas han sido traducidos a distintos idiomas, en particular al alemán y al inglés. Fue nominada en cuatro ocasiones al Premio Nacional de Literatura.

Según la sugerencia de Juan Villegas, su obra poética podría considerarse como una fusión entre la antipoesía y la poesía lárica, en la cual la ausencia y la amargura de la antipoesía y la exaltación del espacio campesino en el caso de la poesía lárica son los matices diferenciadores.

Neruda, quien era su amigo, dijo de ella: «Debe entenderse que por su naturaleza, educación ecológica, la poesía de Delia Domínguez, oriunda de los bosques de Osorno, es valiente y descalza; sabe caminar sin miedo entre las espinas y las piedras, cruzar arroyos, unirse con los animales, unirse al coro de las aves australes sin someterse al poderío natural, para conversar con tristeza o amor con todos los objetos y seres. Mi amiga salvaje criada entre los avellanos y helechos antárticos domina las relaciones humanas con la ternura que adquirió aprendiendo y protegiéndose de la soledad».

Premio Municipal Pedro de Oña 1966.
Hija Ilustre de la ciudad de Osorno, 1992.
Premio Consejo Nacional del Libro 1996.
Premio de la Fundación Felipe Herrera Lane 1999.
Premio Universidad Mayor 2001.
Finalista del Premio Altazor de Poesía 2001 con Huevos revueltos.
Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda, medalla al Mérito Cultural 2005.

Entre sus principales obras se encuentran:

Simbólico retorno, 1955
La tierra nace al canto, 1958
Obertura siglo XX, 1961
Parlamentos del hombre claro, 1963
Contracanto, 1968
El sol mira para atrás, 1973
Pido que vuelva mi ángel, 1982
La gallina castellana y otros huevos, 1995
Huevos revueltos, 2000
Clavo de olor, 2004
El sol mira para atrás, 2008
Al trabajador del campo, 2008
Paralelo 40 Sur, antología, con poemas y cuentos inéditos, 2012