El 29 de mayo de 1892, nació en Sala Capriasca, Suiza, Alfonsina, la tercera hija del matrimonio Storni: «me llamaron Alfonsina, que quiere decir dispuesta a todo».

Poetisa y escritora argentina vinculada con el modernismo.

En 1896, en San Juan, desarrolló la primera parte de su niñez. A principios del siglo XX su familia se mudó a la provincia de Santa Fé, a la ciudad de Rosario, donde se independizó y consiguió empleo como actriz con la compañía de Manuel Cordero, director de teatro. Más tarde recorrería varias provincias en una gira teatral.

Mientras ejercía como maestra, escribió sus poesías y algunas obras de teatro. Su prosa es feminista, con una originalidad que cambió el sentido de las letras de Latinoamérica.

En su poesía deja de lado el erotismo y aborda el tema desde un punto de vista más abstracto y reflexivo. A partir de Ocre encuentra rasgos de vanguardismo y recursos como el antisoneto.

En 1916 publica primer libro, La inquietud del rosal, con grandes dificultades económicas. En un homenaje al novelista Manuel Gálvez, en Buenos Aires, por primera vez, en esta clase de reuniones, aparece Storni recitando sus propios versos. En junio de ese mismo año, aparece un poema titulado «Versos otoñales», en Mundo Argentino.

Le diagnostican cáncer de mama. Esto la deprime y le provoca un cambio radical en su carácter y decide no seguir los tratamientos médicos.

En 1918 Alfonsina recibe una medalla de miembro del Comité Argentino Pro Hogar de los Huérfanos Belgas, junto con Alicia Moreau de Justo y Enrique del Valle Iberlucea.

En 1920 ganó el Primer Premio Municipal de Poesía y el Segundo Premio Nacional de Literatura por Languidez.

En 1922, Alfonsina frecuentaba la casa de Emilio Centurión, pintor, donde surgiría el grupo Anaconda. Se cree que fue allí donde conoció al escritor uruguayo Horacio Quiroga. Un hombre perseguido por los suicidios de seres queridos y que marcaría de la misma manera el final de su vida en 1936. Alfonsina había publicado sus libros Irremediablemente (1919) y Languidez (1920).

Alfonsina intervino en la creación de la Sociedad Argentina de Escritores y su participación en el gremialismo literario fue intensa.

Se suicidó en la ciudad de Mar del Plata el 25 de octubre de 1938 arrojándose de la escollera del Club Argentino de Mujeres. La canción «Alfonsina y el mar», fue inspirada en la idea romántica de que se internó lentamente en el mar.

Su cuerpo fue velado inicialmente en Mar del Plata y finalmente en Buenos Aires. Sus restos se encuentran enterrados en el cementerio de la Chacarita, Ciudad de Buenos Aires, Argentina.

Entre sus obras más importantes se encuentran:

La Inquietud del Rosal (1916)
El Dulce Daño (1918)
Irremediablemente (1919)
Languidez (1920)
Ocre (1925)
Poemas de Amor (1926)