Antonio Herrero fue un autor cuya huella bibliográfica es escasa pero precisa: figura como responsable del estudio titulado Teoría del motor inmovil, publicado en La Plata en 1933. La obra se presenta como una aproximación doctrinal al tópico del “motor inmóvil”, inscrita en un debate filosófico y cultural de la época.

Por la escasez de documentación pública sobre su vida y demás publicaciones, la trayectoria personal y editorial de Herrero permanece en gran medida en los márgenes del registro académico. Lo que sí puede señalarse con seguridad es que su aportación conocida explora problemas teóricos de naturaleza filosófica y doctrinaria, vinculados al legado aristotélico y a las relecturas modernas del concepto del primer motor inmóvil. Esa focalización permite situarlo, al menos desde su obra disponible, dentro de un horizonte intelectual preocupado por la teoría causal y las interpretaciones metafísicas que circularon en la primera mitad del siglo XX en el ámbito hispanoamericano.

Entre sus principales obras se encuentran:

Teoría del motor inmovil, 1933